Ene
28
20 años con Tatoo
- POSTED BY José Nicolás Vélez IN deportes outdoor
Aunque la marca Tatoo como tal no llegue a los 20 años aún, mi relación con sus creadores y los primeros productos e ideas que después serían los orígenes de la que hoy es para mí una de las mejores marcas del rubro, tiene poco más 20 años. Coincide este mes con los 20 años de una de las mejores expediciones que, con un grupo de amigos, hicimos en nuestras vidas: el viaje a Antártica en una expedición del DAV – Chile.
Fue una de las primeras ocasiones en las que buscamos auspicios! Nuestro jefe de expedición y gran amigo Aldo Boitano, tomó lo que había sido el sueño de cuatro amigos y con ejemplar tesón consiguió, después de casi 8 meses de insistir, que la Armada de Chile nos embarque en su buque, el Piloto Pardo. Que el buque, en su viaje hacia el Sur de la península Antártica, acceda a desembarcarnos en una isla llamada Brabante, y que su viaje de vuelta, tres semanas después, nos recoja. Los teléfonos satelitales eran cosa del futuro, el internet, y toda su parafernalia informativa todavía no entraban en vigencia.
Se nos exigió llevar un equipo de radio que parecía un finísimo equipo de sonido de los años 80 y costaba como tal. Más de un entusiasta radio aficionado nos ayudó. Con cuánta nostalgia recuerdo como un radio aficionado de Santiago nos hizo un “phone-patch” (conexión de radio con teléfono) para poder llamar a nuestras respectivas casas, fue alucinante! Uno de los nuestros incluso pidió matrimonio por esa vía!
La comunicación todavía no era lo que es hoy. Para esa expedición Mauricio y Gaby, fundadores de Tatoo nos ayudaron a hacer en la sala de su casa muchísimos de los artículos que necesitábamos para exhibir la marca de nuestro principal auspiciante, el Banco de Crédito e Inversiones, en Chile.
Guillaume Mascaro, Aldo Boitano, Mauricio Rojas, José Nicolás Vélez, Isla Bravante, 1993.
Ascendiendo las primeras laderas de la isla hacia el Monte Parry (2522m), al fondo el Estrecho de Gerlache, y el continente Antártico.
Guillaume Mascaro, Renzo Uccelli, José Nicolás Vélez, Aldo Boitano, Mauricio Rojas, a bordo del Buque de la Armada Chilena, el Piloto Pardo, 1993.
Algunos años y varias expediciones más tarde, con otro grupo de amigos hicimos otra expedición en la que Tatoo, ya como marca fue parte del viaje; la travesía del segmento norte del Campo de Hielo patagónico Sur en Chile. A nuestro jefe de expedición y gran amigo Soames Flowerre se la había ocurrido la romántica idea de repetir la ruta de la primera travesía de este inmenso glaciar hecha por el famoso explorador Eric Shipton, y hermosamente descrita en su libro “Land of Tempest”.
También con tremendo equipo de radio (exigencia de la Fuerza Aérea de Chile, en caso de necesitar rescate), una batería de auto y un panel solar, pesos inconcebibles para las expediciones de hoy. Al final, fruto del acelerado retroceso de los glaciares tuvimos que cambiar la via de salida del glaciar, optando por salir por el macizo del Fit-Roy en la Patagonia Argentina. Este alucinante viaje duró un poco más de 40 días.
Ralph Rynning, Derek Churchill, Soames Flowerre y José Nicolás Vélez con el imponente macizo del Fitz Roy como fondo. Se alcanza a ver muchas de las famosas cumbres de la zona, incluido el temible Cerro Torre.
Pasaron los años y con mis amigos de Tatoo nos fuimos embarcando en varias aventuras, inclusive llegué a trabajar dentro de la organización por un par de meses, tratando de combinar eso con la profesión de guía de montaña, pero al final seguí mi propio camino, aunque siempre cerca a la marca.
En el año 2000 con un grupo de grandes amigos peruanos fuimos al Himalaya, en la que sería la primera expedición peruana al Himalaya. Intentaríamos la cumbre del Shisha Pangma uno de los 14 ochomiles, alturas anheladas por muchos de los que practican este peculiar arte de subir montañas. El clima no nos favoreció pero, pero la riqueza de las experiencias que se adquieren en estos viajes, aunque no vengan decoradas por una cumbre, son de las mejores de la vida.
Junto y Ernesto Málaga, Pichon, saliendo a intentar la cumbre desde el campo III. Unas 15 horas más tarde, maltratados y agotados por un temporal, de vuelta en el campo II.
Después aparecieron las carreras de aventura! Tatoo nos ayudo a formar un equipo, nos auspiciaron con todo, incluido el abasto hecho por Mauri y Gaby. Era una nueva manera de acercarse a la montaña, mucho más atlética, quizás menos romántica, pero que exigía nuevas habilidades, especialmente porque esto era una competencia. En el primer Huaira Sinchi en Ecuador, quedamos segundos! Claro que toda la carrera de entonces, hoy sería menos que una manga de las de ahora. Era el comienzo, en el Ecuador, de una nueva época en lo que es deporte y actividades al aire libre.
Julia Lasso, Daniel Espinosa, Martín Saenz, José Nicolas Vélez, Gaby Laso y Mauricio Carreño. Equipo Tatoo, Huaira Sinchi primera edición.
Mucha agua ha corrido y los años han pasado, hoy todos seguimos embarcados en nuevas aventuras, las de ser padres, empujar nuestros proyectos empresariales, y hacer todo lo posible por pasar un poco de tiempo en las montañas.
Hace pocos días mis amigos de Tatoo, me han invitado una vez más a ser parte de su selecto grupo de Embajadores. Lo que para mí es un gran honor y compromiso! Me han puesto al lado de destacadísimas personalidades del mundo de las actividades al aire libre, como lo son los hermanos Dammer, Sebas Carrasco, Gringo Cobo, Bagre Carrión, Marga Cardoso, Gonzalo Vilches, Leonardo de Rivero, Nico Gutiérrez y Coqui Gálvez; todos líderes indiscutibles de esta actividad.
Ahora no me toca otra que hacerme del tiempo, pedir que me acoliten en la casa y el negocio, y salir al monte! Ojalá con los grandes amigos, ojalá con la familia, pero siempre en busca de esos momentos que simplemente suceden en la montaña, que nos llenan el corazón y la memoria de recuerdos que llevamos para siempre!
Gracias Tatoo, siguen siendo un gran compañero de viaje!
Por: José Nicolás Vélez