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Blog de las Aventuras de Tatoo Adventure Gear

Jul

12

¡A mal tiempo, buena cara!


El «mal tiempo» en la montaña es sinónimo de tormentas, lluvias, viento fuerte, nieve y viento blanco. Pero no siempre es tan «malo» como para dejar de salir a la montaña. De hecho, en ciertos lugares del mundo, el montañismo se desarrolló con este viejo “amigo” llamado el “mal tiempo”. Tal es el caso de las zonas montañosas de Escocia, Patagonia austral y Nueva Zelanda, lugares en los que si se espera el día ideal es muy posible que uno no salga nunca.

Consejos para salir con «mal tiempo»: equipo, preparación y juicio.

Qué puntos se han de tomar en cuenta antes de tomar la decisión de si emprender o no la excursión ante condiciones de «mal tiempo» son los que se describen a continuación:


Foto Marcelo Mascareño

5 parámetros a tomar en cuenta antes de salir con mal tiempo

1) Revisar el informe meteorológico

Revisar el «meteo» es fundamental para salir en condiciones no ideales o con «mal tiempo». Así sabrás si el «mal tiempo» sólo durará unas horas o algunos días o si es un frente que se prolongará por muchos días. Aquí se han de evaluar factores tales como la velocidad del viento (bajos, fuerte, etc.), la nubosidad, las precipitaciones (según la altura) y la isoterma 0º, que es la altura a la que la temperatura ambiente está a 0ºC y cuando normalmente las precipitaciones pasan de líquido a sólido.

Es importante revisar varias páginas web y ponderar la información. A continuación van algunos links ordenados según la facilidad de interpretación de la información:

Permite revisar el «meteo» de la región y ver también la isoterma 0º, yendo a “Pronóstico de Turismo” – “Pronóstico de Cordillera”.

Permite revisar por lugar y ver también por altitud, lo cual es muy útil. Además, ofrece la información sobre el viento (dirección y velocidad), la temperatura por altura y sensación térmica. A veces hay precipitaciones desde cierta altura solamente y no para todas las alturas.

Se trata del sitio del Instituto Meteorológico de Noruega: de fácil lectura y con muchas opciones de lugares de Chile. Presenta el pronóstico para 3 días y también permite ver pronósticos del día hora a hora y a largo plazo (9 días).

Esta es una página un poco más compleja. Entrega información más detallada del viento (dirección, velocidad, rachas) y nubosidad (por altura), además de proporcionar la isoterma 0º por día.

Esta página es la más especializada y es la que utilizan los montañistas en la Patagonia para ver las ventanas de buen tiempo al momento de realizar sus escaladas. Aquí se puede obtener un «meteo» específico para la salida, ya que se necesitan ingresar las coordenadas del lugar al que se quiere ir. El sito web entrega, por lo tanto, información sobre los vientos, precipitaciones, isoterma 0º, punto de rocío, etc. Ojo: por el hecho de encontrarnos en el hemisferio sur las coordenadas se deben poner en negativo.

Foto Pedro Binfa

Si el «meteo» te muestra que el «mal tiempo» durará un día o menos, quizás puedas salir a realizar una actividad larga. Pero si te muestra un gran frente de «mal tiempo» y estás desesperado por salir, realiza una actividad corta y cerca de la ciudad.

2) Evaluar el dinamismo del terreno y el clima

En verano, el ambiente en la montaña es seco y en invierno suele estar todo nevado. En otoño y durante los cambios de estación, el terreno y el clima resultan ser más dinámicos. Puede llover y amanecer congelado o nevar con frío y al otro día hacer calor, por lo que la nieve se derretirá rápidamente. Esto puede producir desde aluviones hasta el aumento de caudal, congelamiento del terreno, etc. Se recomienda prestar mucha atención a los lugares con quebradas, que puedan generar aluviones con mayor probabilidad. En los últimos años ha aumentado la cantidad de precipitaciones concentradas en pocas horas, lo que ha generado que las quebradas se saturen y se llenen rápidamente, produciendo aluviones que bajan muy rápido por la quebrada. Importante es tener en cuenta el sitio de campamento y mantener una distancia prudente con respecto a las quebradas.

En algunos lugares (como en Cochamó), el caudal de ríos que atraviesan los valles aumenta mucho con la lluvia; en otras zonas puede ocurrir que el agua inunde de pronto las canaletas de rocas que antes estaban secas y/o que se suelten las rocas del canalón que estuvo seco por meses. Por lo mismo, se recomienda no acampar en zonas que puedan verse afectadas por aludes o desprendimientos de rocas. 

Asimismo, en los Andes centrales, por una pequeña nevazón podría imposibilitarse la escalada, porque la nieve derretida y luego vuelta a congelar puede formar verglás (hielo superficial que parece vidrio). 

Otro punto importante a tener en cuenta es la cantidad de horas de luz. Mientras más cerca esté el invierno, menor será la cantidad de horas de luz y por eso, siempre ha de llevarse una linterna y un repuesto de pilas (o mejor aún: otra linterna). 

3) Orientación y navegación

La orientación está muy relacionada con la meteorología. Un día frió, nublado y sin precipitaciones puede tornarse un terreno muy complejo si la visibilidad disminuye debido a una densa neblina que no nos permite ver a más de 5 o 10 metros. Si a esto le sumamos un terreno nevado, la claridad del color no nos permitirá diferenciar el horizonte o el punto límite entre el suelo y el cielo (lo que genera el efecto «whiteout», que es como si estuviéramos dentro de una pelota de ping-pong).

Hay que llevar una brújula y un altímetro u otro medio de orientación como el GPS. Esto, sumado a un mapa, te permitirá desplazarte y volver a tu casa en esas condiciones.  Aprender a navegar con mala visibilidad puede hacer una diferencia vital. Es muy útil aprender a utilizar una hoja de ruta, lo que nos permite tener planificada la ruta con las coordenadas, distancias, desniveles y tiempos requeridos para la actividad.

Muchas personas no le toman en peso real a este tema. Después de un viaje en 2011 a Campos de Hielo, con casi todos los días con «whiteout», sin el GPS y el mapa no hubiéremos podido encontrar nuestro campamento o llegar al punto de extracción. Por eso, a la vuelta decidí comprarme un GPS… había andado casi 20 años sin usar GPS ni dándole demasiado uso al mapa y la brújula. 

Foto Daniel Rutllant

Por otro lado, para pedir ayuda o rescate necesitamos saber dar las coordenadas, lo mismo en caso de encontrarnos perdidos… ¡Nos falta cultura de orientación! (Ver artículos anteriores publicados en Tatoo sobre qué hacer si te pierdes).


4) Equipo

Además del equipo que normalmente llevamos para la activada que queremos realizar, debemos llevar algunas cosas extras que nos serán de vital relevancia.

Aquí entramos en el tema de la lluvia y las bolsas secas, llevar elementos básicos para sobrevivir (kits de supervivencia), repuestos secos para las extremidades (guantes y calcetas en bolsas impermeables). A veces llevar toallas tipo outdoor de microfibra nos servirá para secarnos (las más livianas).

Es importante no tenerle miedo a estar mojado; en la medida en que uno esté bien alimentado y duerma seco, el ambiente lluvioso no es tan agresivo como pudiera imaginarse. El circuito de las Torres del Paine, por ejemplo, si te toca con tiempo normal (es decir, «malo»), te enseñará mucho de esto.

Foto Daniel Rutllant

5) Gestión de riesgos y plan de contingencia

Siempre es importante tener un plan de contingencia: hay que retirarse antes de que las cosas se pongan feas. Por eso, hay que tener claro hasta dónde es uno estricto con sus planes y sus decisiones. Se debe considerar siempre el escape antes que la cumbre o la meta que nos motiva. Por lo mismo, hay que dejar margen de error para retirarse, ¡no ir muy jugados!

Otro riesgo que es más común de lo que se piensa son los rayos: en la cumbre del cerro Castillo (RM), cuando ascendimos con Felipe González y Ralph Jaiser en medio del «mal tiempo», se nos paraba el pelo, nos sonaban los mosquetones y se sentía la estática en el ambiente. Saber qué hacer en esos casos y evitar ser afectados por un rayo es esencial.

Utilizar las “metodologías de gestión de riesgos” para actividades al aire libre nos ayudará a tomar decisiones de forma organizada, estructurada y dinámica. Sirve mucho el así llamado «método 3×3″ de Werner Munter, desarrollado para actividades invernales con nieve, y que se puede aplicar a cualquier actividad al aire libre.

También conviene revisar esto en la página de la Comisión de Seguridad en Montaña y Escalada: en «prepara tu salida» hay un «3×3» online con varios «meteos» en la pestaña «meteorología», además de sitios de información de rutas en la pestaña de «terreno» y temas críticos del equipo y temas del grupo y personal en la pestaña «humano».

La “gestión de riesgos” dinámica de Bob Barton nos permite plantear las preguntas necesarias para cada momento de la actividad:

  • ¿Qué podría salir mal en este momento?
  • ¿Qué pasaría si…?
  • ¿Las condiciones se están deteriorando?
  • ¿Es el terreno tal y como lo previmos?
  • ¿Cómo es el grupo para hacer frente a la actividad?
  • ¿Quién está teniendo la mayor dificultad?
  • ¿Tengo que realizar algún cambio?
  • ¿Es probable que encuentre problemas en cualquier momento?

Alternativas menos comprometidas 

Luego de evaluar todos estos puntos podrás decidir si conviene salir con «mal tiempo» o no. En algunas ocasiones puedes limitarte a hacer actividades más cortas, evaluando la altitud y lejanía. Debes tomar las precauciones y evaluar el nivel de compromiso al que estás dispuesto. Disminuye el tiempo de exposición al mal clima a los niveles que te permitan manejarte a ti mismo. Por ejemplo, en un día en el que parece que lloverá, quizás no sea prudente ir a la cumbre del cerro Provincia, pero puede que sí resulte ir al Alto del Naranjo o a Vallecito. Si llueve, te mojarás un poco y llegarás a casa ese mismo día. Quizás el clima esté «malo» en altitud, pero puede que esto signifique que en zonas más bajas sólo esté nublado y un poco frío. Podrás hacer trekking o incluso ejercitar la escalada cerca del camino, con un buen termo a mano y ropa de abrigo y para la lluvia y el viento. A la bajada tendrás más que ganada una buena empanada o una cazuela caliente.

Cerro Castillo – Foto Dario Arancibia

¿Qué se aprende del «mal tiempo»?

El no estar con las condiciones ideales nos permite conocer y tener la experiencia de un ambiente más agresivo. Esto nos pone en la situación de una toma de decisiones y de prestar atención a la manera en cómo nos organizamos, ya sea como grupo, ya sea como individuo. Esto nos permitirá ampliar nuestra zona de confort, lo cual nos será útil para el futuro, ya que podremos estar tranquilos cuando las cosas se pongan realmente serias.

¿Cómo se seca la ropa, cómo logras que no se mojen las cosas en la mochila o dentro de la carpa, que no se vuele el equipo, cómo cocinar con viento? Todas esas son preguntas que vas a ir respondiendo mediante la experiencia y la formación.

Sin duda, aprenderás a ser más organizado con las cosas de la mochila y con la carpa. Aprenderás a dejar a mano lo necesario para el día y a programarlas según el clima (viento, nieve, lluvia, etc.). 

El estar mojados nos motiva a gestionar mejor nuestro autocuidado. Por ejemplo, no olvidaremos nunca más la importancia de llevar guantes de repuesto y ropa mínima de recambio. ¡Suele pasar que uno no se compra las bolsas secas antes de pasar por una experiencia así! Aprenderás a valorarlas y entender para qué sirven. ¡Hasta lograrás que no se te moje el papel higiénico!

Aprenderemos también a utilizar mejor las “metodologías de gestión de riesgos” diseñadas para este tipo de actividades e incorporaremos los pasos de forma estructurada. 

Finalmente, antes de salir es importante que alguien sepa dónde estarás. Deja tu “aviso de salida” al Socorro Andino o a Carabineros y también a un familiar o amigo designado para coordinar la solicitud de ayuda en caso de que sea necesario, con instrucciones claras de qué hacer y cómo hacerlo. 

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