Ago
14
Colorado Trail Race
- POSTED BY Felipe Borja IN Ciclismo
Hace un par de años cuando fui a correr el Breck Epic en Colorado, una carrera por etapas de 6 días, llevada a cabo en un 80% sobre senderos; encontré un par de ciclistas con unas bicicletas repletas de mochilas. No pude detener mi curiosidad y averigüé que estaban haciendo el Continental Divide Trail, una ruta que atraviesa Estados Unidos de norte a sur, todo por senderos y caminos de segundo y tercer orden. Quedé encantado con la idea, había visto de primera mano lo que era el bikepacking!
Anterior a esto yo ya había tenido mis experiencias de viajes en bicicleta: Cuando me gradué del Zamorano me regresé al Ecuador en bicicleta junto a los Gabriel Ramos (padre e hijo). Luego cuando me gradué de LSU hicimos junto a Pablo Velazco y Daniel Houser un viaje desde la Patagonia hasta Alaska en bicicleta, nos tomó 9 meses recorrer los 24,000K que separan Ushuaia del Círculo Polar Ártico. En el Ecuador, junto a José Jaramillo, Diego Durango, y Angélica Ordoñez había hecho lo que fue mi primer bikepacking: el Camino del Inca en bicicleta! En esos días no sabíamos de las mochilas que se colgaban en la bicicleta así que nos cargamos el equipo a la espalda.
Pero ahora entusiasmado con la idea del bikepacking empezaron las investigaciones: los hermanos Dammer que también ya habían empezado a practicar el bikepacking me pasaron el dato del man que vive en Alaska y quien es el que hace las mejores mochilas para bicicletas: Revelate Designs. Conseguí traerlas, y empezaron los paseos por acá. También empecé a buscar en internet y me encontré con estas carreras “underground”, carreras de bikepacking de larga distancia, que no tienen costo de inscripción, ni premios, ni pódium, ni organización, ni abasto, ni puntos de control, ni seguridad, ni primeros auxilios. La regla básica es que no puedes acceder a nada que los corredores no tengan acceso. Es decir no puedes recibir abasto, puedes re abastecer de comida en cualquier pueblo a lo largo de la ruta, y puedes dormir donde y cuando quieras. Son carreras que se mofan del sistema tradicional de carreras donde el corredor exige todo de la organización. Aquí verdaderamente corres por tu cuenta y riesgo, y solo saben de ti porque para ser parte de la carrera llevas un rastreador satelital que indica tu posición y tiempo de carrera.
Y entre estas carreras hubo una que me llamó mucho la atención: Colorado Trail Race. Parecía ser la carrera más técnica entre las carreras de este tipo. Los corredores hacen entre 4 y 14 días. Te advierten que si esta es tú primera carrera de aventura/expedición/bikepacking, NO la hagas! Pero al leer esto pensé: yo ya he participado en 10 Huairasinchis así que no debería ser problema. En Enero 2015 marqué la fecha del Colorado Trail Race en el calendario, compré pasajes, y a entrenar! Siempre he dicho que la carrera es solo la cereza del pastel. Tuve una temporada fantástica en el primer semestre del 2015, con paseos inolvidables: Vuelta al Quilotoa, Vuelta al Cotopaxi y Quilindaña, Vuelta a Piñan, entre otros…
Pasó el tiempo y de repente ya estaba en Durango, un día antes de que empiece el Colorado Trail Race, conversando con el mentalizador de la carrera, a quien yo orgullosamente le contaba que había corrido el Breck Epic, a lo que respondió con una risa burlona: Esto va a ser mucho más épico! Ahí yo empezaba a querer dimensionar en lo que me había metido. Después por ahí un corredor me pregunta si había comprado suficiente comida y le dije que SI. Por ahí otro dijo yo compré 17,000 calorías, el otro dijo yo 20,000 calorías, y yo no manejaba ese dato!!! Al regresar al hotel lo primero que hice fue contabilizar la comida, 30 barritas, 2 quesos, 2 bolsas grandes de beef jerky, 3 bolsas de tortillas, que al sumar los pesos daba como 5,000 gramos, que da más o menos unas 20,000 calorías… uf que alivio! A estas 10 libras de comida se suman otras 10 libras en equipo (sleeping bag, aislante, tarp, chompa de plumas, chompa impermeable, pantalón impermeable, cobertores de zapatos, guantes térmicos, lycra larga, linternas, baterías, botiquín, equipo de reparación y repuestos para la bicicleta, y mochilas), y a esto se suma las 20 libras de la bicicleta. Al final tenía una bicicleta de 40 libras, sin contar lo que cargaba en la mochila de la espalda que podía llegar a pesar 12 libras cuando estaba lleno el reservorio de agua.
Al día siguiente, el domingo 26 de julio a las 4:00am nos reuníamos 100 bikepackers en Velorution, la tienda de bikepacking de Durango. Empezó la carrera y yo trataba de mantenerme con el pelotón puntero, el paso era fuerte pero nada imposible de seguir… Lo que yo no estaba pensando es que ese no era el paso para una carrera de 900 Kilómetros. Al finalizar el día, el esfuerzo desmesurado empezó a pasar factura, y empezaron los primeros demonios (pensamientos negativos): “Felipe te equivocaste: Nadie corre en bicicletas tope de gama, todos están en bicicletas hechas para aguantar mucho trabajo y no enfocadas en ser ultra livianas. Casi todos corren en doble suspensión para aguantar el maltrato de 500 kilómetros de sendero. Todos utilizan llantas de por lo menos 2,4 plg. de espesor y no de 2,2 plg. que son las que yo llevo. Todos utilizan sistema de 1 plato, pero todos utilizan el plato 26 y no el 28 que yo estoy llevando. Todos llevan zapatos de clip pero con suela de caucho para poder empujar la bicicleta, y no zapatos de cross country con suela de carbón”. Y entrada la noche los demonios solo empeoraron: “Estas demasiado cansado, cómo vas a aguantar 6 días de esto?, no vale la pena”. Pero no solo los demonios aparecieron, empezaron los síntomas de destrucción: riñitis, asma, boca lastimada, lengua lastimada, gastritis, reflujo, indigestión, falta de apetito, frecuencia respiratoria alta, etc. A las 22 horas decidí parar para dormir, tenía un bajón enorme: apenas 120 Kilómetros en ese montón de horas, y mi cuerpo destruido!
Dormí 4 horas y me levanté a las 6 am. El día me empezaba con una cuesta dura: 10 Kilómetros con gradiente promedio de 10%. En condiciones normales hubiera sido dura, pero en el estado en que estaba, era imposible, caminé gran parte de la cuesta, los demonios dominaban mi cabeza, pensaba en retirarme, en la manera de explicar este suceso. Doy alcance a una corredora, empezamos a conversar mientras empujábamos la bicicleta, y de repente los demonios habían desaparecido! Pero pronto una mala noticia, la chica me dice que tienen que lavarse los dientes así que me dejaba que siga… Yo pensaba: “Quien piensa en lavarse los dientes en estas condiciones? De seguro la chica se cansó de mí y solo quiere que me aleje. Qué hago ahora? los demonios van a volver”. Por suerte los demonios no volvieron y empezó una larga travesía por montaña entre los 3,500 y 4,000 msnm. Estaba destruido pero el paisaje era alucinante. Al final del día me alcanzó Marie. Esta vez decidí parar con el sol. Hubo luz hasta casi las 9pm. Marie también paró cuando yo lo hice. Intencionalmente me fui a dormir a unos 100 metros distancia de donde ella se ubicó. Esto lo hacía porque su compañía me ayudaba mucho y no quería que se sintiera incómoda con mi presencia, de esa manera ella no trataría de deshacerse de mí.
De repente en medio de la noche oigo bulla, mucha bulla, era Marie que estaba tratando de levantarme. Eran las 2am, y empezamos la jornada! Fue una jornada hermosa, mucha montaña, mucho sendero. Fue otro día muy largo, otra vez 22 horas, pero ya para ese punto me habían dejado de importar mucho los kilómetros.
Al cuarto día Marie se separó, a ella no le quedaba mucha comida, y quería llegar pronto a un punto de abasto, no aceptó mi comida porque según ella era ilegal. Yo en cambio no quería acelerar mucho para que no me vuelva a pasar lo del primer día. Y cuando llegamos a una carretera yo paré porque por fin había señal en el teléfono. Quería, tenía unas ganas enormes de conversar con Carmen (mi pareja), y me quedé ahí hasta que Carmen conteste.
Y así pasaron los días, andando entre 18 y 22 horas al día y durmiendo entre 2 y 6 horas al día. Al final fueron 120 horas en movimiento para un total de 7 días 10 horas (incluidas dormidas) donde se recorrieron los 900 Kilómetros del Colorado Trail, y se ascendieron 28,000 metros. De largo lo que más había recorrido y subido en una semana. Del total de la distancia de la carrera, 500 K fueron sendero. Había secciones de sendero tan empinadas o tan llenas de piedra que no se podía pedalear, por lo que tuve que empujar la bicicleta por un total de 130 K. Definitivamente no estuve preparado para caminar/empujar tanto. Los otros 400 K fueron entre carreteras pavimentadas (150 K) y carreteras lastradas (250 K). Estos tramos en realidad no son parte del Colorado Trail original, pero tocó tomarlas ya sea para re abastecer comida o porque el Colorado Trail entra a Reservas, donde las bicicletas no son permitidas. Es permitido salir de la ruta, siempre y cuando el desvío se lo haga en bicicleta y se regrese al mismo punto en donde se desvió de la ruta.

Trail Magic: Un cooler lleno de colas, jugos, fruta y comida dejado por algún buen alma gente para todos los corredores. Ahí sí lloré, no lo podía creer encontrar esto en medio de la nada.
Par días adelante me volví a encontrar con Marie solo para enterarme que su shifter se había dañado, y por lo tanto no podía seguir. La opción era regresarse unos 20K a un pueblo para que lo cambien, pero ya no lo quiso hacer. Llamó a su novio para que haga un viaje de 3 horas en auto para que la venga a recoger. Me dio mucha pena saber que quien había salvado mi carrera ahora estaba afuera.
No puedo dejar de agradecer a Tatoo Adventure Gear por el auspicio y apoyo durante tantos años. La Scott Scale 900RC a pesar de ser una tope de gama aguantó este durísimo trabajo. Las mochilas Osprey son increíbles, la Talon 10 que me acompaño en esta carrera ya tiene 6 años y todavía tiene para largo. La lycra Sugoi RC, que es la misma que la que utilizó el ganador del Tour Divide este año, una vez más demostró ser lo mejor: me la puse por 7 días seguidos y nunca dejó de estar pegada al cuerpo, la nalga regresó intacta. El jersey Tatoo, hecho en Ecuador, estuvo conmigo durante los 7 días en temperaturas desde bajo cero hasta 35 grados centígrados, nunca me sentí incómodo ni sentí que algo del jersey me estorbara. Excelente trabajo de mecánica en el taller Tatoo, ni se descalibró la bicicleta durante esos durísimos 900K.
Tampoco puedo dejar de agradecer a mi pareja, Carmen, quien ha tratado de entenderme y me apoya regalándome su tiempo y paciencia para que yo cumpla con estas locuras que se me ocurren.
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Felipe, estoy feliz de que un compatriota y compañero del pedal haya hecho esa carrera y hazaña, pero aparte de eso siento envidia, eso es lo que siento, envidia de que puedas disfrutar el deporte que te gusta, de la manera como lo disfrutas, envidia sana por supuesto.
Siempre me han atraído las montañas, desde que estuve con Fabian Zurita 2 campamentos aire libre, quede impresionado por las que rodean Quito, no me imagino estar en Colorado o lanzarte ese recorrido Ushuaia – Ancorage.!! Uno se ha de sentir pequeñito. Ironicamente vivo en Manta y el mar no me llama la atención mas que para relajarme, la mayoria de mis amigos hacen surf, windsurf o kite. Pero a mi lo que me tira es la bici y las montañas.
Espero no me alcance la vejez y un día pueda hacer una aventura de ese tipo aun que me demore el doble.
Exitos Felipe, sigue asi.
Saludos desde Manta
Rubens
Estimado Rubens:
Muchas gracias por darte el tiempo para mandar ese mensaje tan bakan!
Yo siempre digo que los aventureros NO son super hombres, sólo son súper soñadores que buscan hacer realidad algunos de sus sueños. Eso es lo mas importante, soñar, luego buscar la manera de cumplirlos. Aveces uno pierde tiempo esperando el momento perfecto para empezar, el momento perfecto para realizar los sueños es cuando se empieza.
Sigue disfrutando de esa bicicleta!
Abrazo fuerte;
Felipe