Ago
21
México y el Gigante
- POSTED BY Daniel Carrión IN escalada
Los viajes de la vida son los que te desconectas del mundo, los que te encuentras con gente amable, con paisajes increíbles, los que disfrutas cada segundo que pasa y quieres que nunca se acaben, los que te enseñan a que la vida es muy simple y que a lo complicado hay que encontrarle el camino más fácil y lo más importante: A vivir.
México es rroca, rrica comida, gente amable, contrastes, cervezas, risas, tranquilidad (porque hasta el malo es Buena gente), es gigante, y hablando de Gigante; esta fue nuestra meta: subir el Gigante, 900 metros de pared, la más grande México.
Junto a Perico Corral viaje a Chihuahua, ahí nos recibieron unos amigos de unos amigos, que a la final terminaron siendo nuestros Buenos amigos; Tiny, Roberto, Mini, Laura. Gracias a ellos la vida en Chihuahua fue más fácil, nos dieron todos los consejos y contactos para poder llegar a Basaseachi, donde se encuentra El Gigante (ruta Logical progression7c+) y la Cascada de Basaseachi (300 metros de pared que junto a un arcoiris escalas todo el tiempo).
Nos pasamos 15 días en Basaseachi, un pueblito muy pequeño, en la casa de Doña Angelita; una señora muy amable y hospitalaria. Desde su casa hacíamos una hora caminando a las paredes que se encuentran al lado de la cascada.
Junto a Luna y Perico escalamos la ruta Macuchi de 300metros (7a), una ruta no tan dura pero con los seguros alejados, muy Buena para empezar a acoplarse a la roca y a planear la logística para El Gigante; subimos en 9 horas y terminamos escalando en la noche, después escalaríamos por la ruta subiendo el arcoiris (8a), 300 metros; para esta ruta le dimos dos intentos porque en el primer intento nos hicimos muy tarde y decidimos regresar al siguiente día más temprano. Son rutas muy técnicas de plaquitas, chapas alejadas, de cabeza fría, pero con un muy buen paisaje, una cascada hermosa que está a 100 metros nuestro, un arco iris que durante todo el día te acompaña, un lugar increíble para escalar.
Para El Gigante tienes que ir con guía, no es complicada la caminata de 4 horas entre bosque, matorrales y uno que otro sembrío de Amapola, pero tienes que ir con una persona que conozca a las personas de la zona y solo existe un guía: El «Gordo» Grijalva que siempre está ocupado y en esos días estaba libre. El otro problema que teníamos que resolver era el transporte porque el camino de carro toma dos horas de un buen 4×4 y no mucha gente se Aventura por estos caminos desolados, pero a la final tuvimos mucha suerte porque logramos conseguir de un día para el otro: transporte y guía.
A las 7am. nos recogió el carro, nos fuimos para la casa del gordo Grijalva y aquí comenzó nuestra Aventura; primero con el carro que a ratos pensábamos que no iba a subir y a la final llegamos sin problemas, lo malo fue que el chofer nos dijo que ya no podría recogernos, que nos arreglemos porque el camino es muy malo. Después de esa noticia continuamos a pie por 4 horas ; y entre subidas y bajadas llegamos a la base de la pared.
Mientras tomamos un receso de unos 20 minutos pudimos disfrutar del lugar que nos rodea, es increíble estar aquí, podemos divisar muchas paredes que tienen entre 600 y 800 metros… demasiado paraíso para un escalador.
Descansados comenzamos a equiparnos con nuestro arnés, Cintas, mosquetones y todas las chucherias que necesitamos para nuestros siguientes tres días. Era la 1pm y me tocó ir de primero para después turnarnos la punta, los primeros largos son 6tos pero en el Segundo largo del primer día, comenzó a llover así es que armamos el portaledge porque no queríamos mojarnos, pero ni bien terminamos de armarlo pasó la lluvia. Continuamos escalando y llegamos al largo 5to, de ahí petateamos nuestro cerdo y portaledge y decidimos dormir ahí para continuar al día siguiente.
En el Segundo día ya estabamos aclimatados al tipo de escalada, no teníamos ningún contratiempo, y cada largo era diferente entre ellos, de mucha lectura y de usar muy bien los pies, este día solo teníamos que escalar un 7c+ que lo pasamos con una sola caída. Al terminar el día armamos el portaledge, al cual lo armábamos cada vez más rápido; la vista desde ahí es un lujo y el único sonido que teníamos era el de los pájaros que volaban cerca de nosotros y que de vez en cuando nos asustaban por lo cerca que pasaban.
Para el tercer día nos esperaba una escalada muy intensa, varios largos eran desde grado 7a hasta 7c. Fue un día muy bueno porque ya estábamos cada vez más cerca de la cumbre; y el miedo y la incertidumbre que siempre uno tiene al comenzar un proyecto se va desvaneciendo mientras se va realizando. Logramos llegar a tres largos de la cumbre y decidimos dormir ahí porque no teníamos apuro, además a ese lugar mágico que nos rodeaba teníamos que disfrutarlo al máximo porque uno nunca sabe cuando volverá por estas tierras.
Para el último día solo teníamos que disfrutar más porque la petateada era muy fácil, ya no teníamos comida, ni agua y el petate era muy liviano y la escalada eran 5tos y 6tos… así es que a gozar de la cumbre donde nos espera nuestro guía.
Después de desconectarnos unos días en el Gigante regresamos a Basaseachi, Chihuahua y enseguida nos fuimos para el norte (EEUU), visitamos el desierto de Juarez (un lugar increíble), cruzamos la frontera y en cuestión de 8 horas ya estabamos en Hueco Tanks, el paraíso del boulder. Escalamos unos 5 días y el tiempo se nos iba acabando, ya era hora de regresar a Chihuahua y finalmente Ecuador.
Gracias México un lugar para volver las veces que sean necesarias, a Perico un excelente amigo de cordada, a los amigos de México y San Salvador y a mis grandes Amigos de Tatoo que siempre me acompañan a donde quiera que vaya.