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Blog de las Aventuras de Tatoo Adventure Gear

Jul

10

Miedo y Escalada


MIEDO Y ESCALADA

Durante la práctica de la escalada en roca hay que enfrentarse a muchos tipos de miedos, está el miedo a las alturas, al riesgo de accidentes, al éxito o miedo al fracaso. A pesar del gran desarrollo que ha tenido este deporte en nuestro país y en el mundo entero, más áreas para escalar, gimnasios, entrenamientos y equipo más seguro, el miedo sigue siendo un factor presente en la escalada. Muchas veces ese miedo ha impedido a fuertes escaladores dar su mejor intento en una ruta de escalada, generando profundos sentimientos de frustración por la sensación de fracaso. Pero, ¿qué es el fracaso en la escalada en roca?

Para mí el objetivo de la escalada, ya sea en roca o montañismo, es la búsqueda de los límites personales. Esta búsqueda es la motivación que creo ha llevado a hacer grandes hazañas a famosos escaladores como George Mallory y Lynn Hill. Aunque es importante aclarar que no se trata de los límites humanos, sino los personales. Los primeros dan fama, pero los segundos están al alcance de todos, sin importar edades, pesos, contexturas y discapacidades físicas. Precisamente creo que la escalada tiene la cualidad de que no existe ningún requerimiento específico para escalar, más que estar bien motivado. Siempre he pensado que todos los escaladores, incluidos los escaladores “top”, como Adam Ondra y Daniel Woods, compartimos los dos aspectos más importantes, todos podemos escalar al máximo de nuestras capacidades una vía y todos podemos subir nuestro nivel de escalada un poco más.

Sin embargo el meollo del asunto es que en la escalada no se trata únicamente de la búsqueda de los límites físicos, sino también los mentales. En lo personal considero que el gran atractivo de la escalada en roca es que es un deporte muy completo, además de ejercitar prácticamente todas las zonas de nuestro cuerpo, también se necesita un gran esfuerzo mental. La escalada es una práctica muy diferente a la que estamos habituados en nuestras vidas, como correr o saltar, al cuerpo le cuesta acostumbrarse a los nuevos requerimientos físicos de este deporte. Pero también le cuesta a la mente acostumbrarse a que el resultado de subir alto por unas rocas usando nuestras manos y pies no va a ser un accidente trágico. Por tanto considero que el miedo es parte de la escalada.

escalada y miedo

No significa lo anterior que la escalada sea insegura. De hecho considero que la escalada en roca es un deporte muy seguro. Porque es una práctica donde se puede controlar bastante bien el riesgo al que se está exponiendo. Un escalador bien preparado y precavido puede ser consiente de los peligros (y forma de evitarlos) incluso antes de escalar una ruta. En otros deportes los factores externos son un elemento muy relevante en la generación de accidentes. Por tanto la escalada tiene la gran ventaja de que permite afrontar los miedos sin tener que someterse a grandes riesgos. Así, no está mal sentir miedo mientras se escala, porque hace parte de la actividad, y no debe ser causal de frustración.

Sin embargo, es claro que muchas veces el miedo nos impide mejorar nuestra escalada. Por lo tanto se hace necesario idear métodos para controlar nuestro miedo, para buscar una progresión de nuestra escalada o evitar situaciones peligrosas. Yo creo que el miedo puede hacernos escalar mejor o peor, todo depende del control que tengamos sobre él. La buena noticia es que existen muchas formas de controlar el miedo, de hecho considero que cada escalador debe idear su “método de escape”. No obstante existen dos métodos que considero completamente erróneos. El primero es culpar al estado físico siendo culpa del mental, lo que conlleva a un entrenamiento mal dirigido. El segundo método erróneo es realizar una escalada buscando el vuelo “para dejar de tenerle miedo”, yo creo que eso conlleva a tener más presente la posibilidad de caer durante la escalada y aumenta el temor al mismo.

escalada en roca

Creo que la preparación mental para afrontar la escalada comienza con llevar a cabo una buena investigación sobre la seguridad de la escalada, la calidad de los equipos y maniobras de seguridad. Por ejemplo a mí me ayuda, estar consciente de la posición correcta de los mosquetones o la forma de evitar que la cuerda se enrede en los pies. También creo que sin importar el tipo de escalada, artificial, tradicional o deportiva, el uso de casco es un procedimiento muy necesario para la seguridad del escalador y además ayuda a calmar la sensación de exposición. Antes de empezar una ruta en la que creo que puedo tener miedo o necesito estar muy concentrado me tomo un momento en el pie de ruta para respirar profundamente, calmar mi ritmo cardiaco, imaginarme que estoy escalando la vía de forma eficiente y calmada y llegando a la estación (así sepa que está muy encima de mi nivel). Como dice Erick Horst “tu cuerpo no puede ir a donde la mente no ha ido antes”.

Una vez se ha empezado a escalar, creo que el método de escape del miedo más utilizado y más exitoso consiste en “callar” los pensamientos de duda o temor con otro tipo de pensamientos. Por ejemplo Steph Davis cuenta que cuando hace freesolo integral (escalada sin cuerda) y entra en un momento de pánico, se dice a sí misma una y otra vez “estoy en un sitio espectacular pasando un buen rato”. Por mi parte yo prefiero concentrarme en la escalada en sí, si siento pensamientos de miedo comienzo a leer los siguientes pasos a seguir. También si estoy muy cerca a caerme y no quiero pedir tensión me imagino que estoy en una competición, y que cada movimiento me da mayor puntaje, y pienso “una presa más” (sin dejar de tener en cuenta la seguridad). Sin embargo conozco escaladores que lo que prefieren hacer es “desconcentrarse”, mirando la forma de las rocas o pensando en cosas ajenas a la escalada. Cómo he dicho existen muchas formas de luchar contra el miedo, y creo que cada escalador, así como entrena su estado físico para estar más preparado, debe buscar su metodología para estar mentalmente más dispuesto a afrontar el miedo en la escalada.

Por último, creo que también es muy importante luchar contra la frustración. El miedo puede afectar un pegue, pero la frustración puede dañar todo un día de escalada. A pesar de no poder escalar una vía es posible tener un gran día de escalada, gracias a que este deporte costa de muchos otros aspectos que enriquecen la práctica como tal (como los paisajes y las amistades). Pensemos en los montañistas que pasan días enteros dentro de las carpas sin poder salir a escalar por culpa del clima. Yo considero que aceptar los errores a la hora de escalar una vía es importante, pero en las jornadas de entrenamiento, donde realmente es posible trabajar sobre los mismos. En la roca como tal, creo que es mejor reconocer los aspectos positivos, así sean pequeños, como: “subí una chapa más”, “mejoré con los pies” o “me sentí más tranquilo”. Tampoco creo que ayude excusarnos en nuestro cuerpo, nuestro equipo o factores externos. Cambiar el “fue culpa de mis pie de gatos” por “a la próxima pisaré mejor”. Pienso que corresponde únicamente a nosotros sembrar y acumular pensamientos positivos mientras escalamos, como una forma de identificar la roca como un santuario de tranquilidad y felicidad.

Juan Camilo Ramírez – Embajador Tatoo Colombia

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